Principales signos para detectar el maltrato y abuso sexual en
los chicos
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES SIGNOS DEL MALTRATO INFANTIL Y ABUSO SEXUAL EN LOS CHICOS?
Por miedo, desconocimiento o impotencia, muchas veces, los menores eligen
callar; cómo actuar en caso de detectar anomalías; el rol de la familia y la
escuela
La proliferación de denuncias sobre abusos sexuales y maltrato infantil
reavivó el debate en torno a cómo detectar este tipo de agresiones en los más
chicos y de qué forma encarar el problema.
En esa búsqueda de respuestas rápidas y efectivas, el cuerpo y la conducta
de los niños se convierten en verdaderos aliados para desterrar dudas,
especialmente cuando predominan las limitaciones para verbalizar lo ocurrido. Es
allí donde los especialistas aconsejan hacer hincapié, con el fin de atacar
desde el inicio el conflicto y encontrar una solución integral y duradera en el
tiempo.
En líneas generales, coinciden en señalar la importancia de que la familia
agudice la mirada y acelere la consulta apenas comprueba ciertas anomalías.
Además, enfatizan la necesidad de acompañar este proceso bajo la supervisión y
contención de un equipo de profesionales entrenados.
Según proyecciones realizadas por la American Academy of Pediatrics, el 1%
de los niños del mundo sufrirá anualmente un abuso sexual. En la Argentina,
donde no existen cifras oficiales y se estima que sólo se difunde 1 de cada 10
casos ocurridos, estudios recientes sugieren que las denuncias se triplicaron en
los últimos ocho años.
Otro dato alarmante sostiene que en el 90% de los casos, los abusadores
son personas cercanas a la familia o que mantienen una relación significativa
con el menor, como docentes, vecinos o amigos de los adultos, en quienes el
chico confía y de quienes espera protección.
¿QUE SE CONSIDERA ABUSO O ACOSO SEXUAL?
"Se considera abuso o acoso sexual en niños a toda actividad que sea
llevada a cabo por un adulto y que tenga connotaciones sexuales. Ocurre sin el
consentimiento y en condiciones de desigualdad entre el abusador y la víctima,
como consecuencia de algún tipo de coerción, por lo que conlleva a un acto de
poder sobre un niño por placer del adulto".
Por lo general, esas actitudes reúnen manifestaciones de lo más diversas,
ya que un abuso no necesariamente implica hablar sólo de contacto físico.
Los afectados deben lidiar con un conjunto de situaciones, que van desde
la penetración o agresión física o contacto físico (tocamientos, masturbación,
sexo oral) hasta la ausencia de éste último, pero sí de exhibicionismo o
erotización con relatos de historias sexuales, como videos, películas y
fotografías.
Así, existen signos físicos, como las lesiones en la zona genital o en la
perianal, que se encuentran en el 25% de los casos, además de indicadores
psicológicos, basados en el relato del niño cuando no hubo penetración.
Por lo general, las señales de alarma refieren a un menor que:
·
Verbaliza que fue abusado y espera que se le crea para
ser protegido
·
Habla de partes sexuales o de actos sexuales cuando aún
no comprende acabadamente el contenido o si es inadecuado para su edad
·
Se encierra en sí mismo, tiene conductas regresivas
(enuresis) o se vuelve temeroso a cuestiones especificas
·
Demuestra angustia sin aparente motivo, cansancio o
apatía permanente, conductas agresivas persistentes, evitación exagerada al
contacto (aislamiento)
·
Tiene pesadillas
·
No habla (mudez)
·
No mira a la cara a la gente o habla mal de casi todo el
mundo
·
Si puede verbalizarlo adecuadamente, tiende a proteger al
agresor o minimiza sus actos (algunas veces porque está amenazado o persuadido
por el mismo agresor)
No obstante, resulta fundamental aclarar que la mera presencia de estos
signos no confirma en todos los casos la existencia de un abuso. "Evaluados en
conjunto pueden ayudar al diagnóstico y tratamiento del problema", destacan los
expertos.
¿QUÉ HACER ANTE UN POSIBLE ABUSO?
Frente a los indicadores, ya sean físicos o psicológicos, el primer paso
es no perder la calma y actuar con prudencia, responsabilidad, discreción y
sentido común. En la práctica esto se traduce en realizar enseguida la consulta,
sin caer en la tentación de apabullar al chico sospechado con preguntas
incómodas o que no sabrá responder por su corta edad.
"Los tratamientos comprometen al niño y a la familia. Eso incluye la
consulta con un profesional que, por lo general, es el pediatra. A partir de
ahí, se decidirá si se requiere o no de una evaluación psicológica", plantea
Horacio Vommaro, psiquiatra y presidente de la Asociación de Psiquiatras
Argentinos (APSA), luego de advertir que los principales riesgos que se corren
en este proceso oscilan entre banalizar y sobredimensionar la situación.
De ahí en adelante, se procederá conforme a la evolución del tratamiento y
el consejo de los especialistas. "Lo principal es ayudar a la familia y cuidar
al pequeño, que debe sentirse contenido, admirado y sin prejuicios alrededor",
acota. "Siempre habrá que creerle al chico y recurrir al asesoramiento de
profesionales de la salud entrenados en esta detección para resguardarlo.
No hay receta para esto, pero los hospitales públicos infantiles cuentan
con protocolos de actuación y profesionales idóneos en la materia. Es
necesario evaluar las consecuencias que el abuso pudo haber provocado, ya que el
mismo pudo haber sido puntual o reiterado en el tiempo", refuerza Quattrone.
¿CUALES SON LAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN DEL ABUSO Y MALTRATO INFANTIL?
A modo de prevención, los expertos manifiestan que todas las medidas que
se puedan tomar para frenar el avance de los casos de abuso y maltrato resultan
bienvenidas. Incluso la posible instalación de cámaras de seguridad en las
instituciones educativas para ejercer un mayor control de lo que sucede puertas
adentro.
"Para evitar estas situaciones es recomendable promover la educación
sexual tanto en la familia como en la escuela, que oriente a los niños hacia el
respeto y el cuidado del propio cuerpo. Ello implica no hacer nada que no quiera
y no dejarse hacer nada que no quiera o considere malo", sugiere la
especialista.
También resaltan el papel contenedor y de prevención que puede desarrollar
en esta tarea la escuela, a quien Vommaro concibe como un gran receptáculo de
las cosas que atañen a la sociedad. "Los docentes deben estar muy atentos para
verificar si hay cambios en la conducta habitual de los niños. Cuando esto
ocurre, deben ponerse en alerta y extremar los cuidados", concluye.
INDICADORES DE ABUSO EN NIÑOS:
·
Físicos: lesiones en zonas
genital y/o anal; sangrado vaginal y/o anal; infecciones genitales o de
transmisión sexual; flujo vaginal con presencia de gérmenes no habituales en
niñas.
·
Psicológicos:
PREESCOLARES: conductas
hipersexuales o altamente eróticas; preocupación genital obsesiva; búsqueda de
los otros para participar en conductas sexuales; excesiva masturbación,
masturbación con objetos; explícita muestra de conductas y actos sexuales en el
material de juego; trastornos del sueño (pesadillas, temores nocturnos asociados
con algún lugar, persona u objeto); comportamiento excesivamente sumiso;
conductas regresivas; retraimiento social.
·
ESCOLARES: cambios bruscos en
el rendimiento escolar; comportamiento excesivamente sumiso; problemas con
figuras de autoridad; coerción sexual hacia otros niños; fobias;
sobreadaptación.
Fuente: La Nacion
Comentarios, experiencias, opiniones, referencias e informacion adicional:
Si queres compartir con nosotros alguna experiencia u opinión relacionada a este
establecimiento, podes hacerlo desde aquí: