¿Cual es edad adecuada para llevar al bebé a la guardería?
El mejor lugar para un niño siempre será su casa, junto a su familia. Sin embargo, su desarrollo y su lenguaje puede verse favorecido por la guardería.
Los padres deben calibrar diversos factores: la situación familiar, la disponibilidad de horarios de la madre, las características del pequeño, etc. En términos generales, cuando los niños son capaces de andar y se inician con el habla -en definitiva, empiezan a ser autónomos- se encuentran en mejores condiciones para adaptarse a nuevos retos y empezar a relacionarse con otros niños. En este sentido, los dos años puede ser una buena edad para probar la experiencia.
Para algunos expertos, la edad más apropiada para comenzar a llevar al niño a la guardería es entre los 18 y los 24 meses. A partir del año y medio, el niño ya tiene cierta autonomía: anda, pronuncia sus primeras palabras, no necesita tanto el contacto con la madre y ha aprendido a jugar con otros niños y personas. En el caso de que tengas que llevar a tu bebé antes, bajo ningún motivo te debes sentir culpable. La experiencia resultará positiva, si está bien conducida. Si todavía le das el pecho es aconsejable seguir el sistema de alternar pecho y la mamadera. También debes estar preparada para la aparición de ciertas enfermedades propias de la primera infancia como resfríos o catarros. El sistema inmunológico del bebé está aún débil y será inevitable que contraiga alguna enfermedad.
Si todavía es lactante…
Si es muy pequeño y aún recibe leche materna es aconsejable seguir un sistema mixto de lactancia durante un tiempo (pecho y biberón) o el transporte de leche o bien destetarle antes de que vaya a la sala cuna, ya que no es conveniente que se le sumen dos situaciones que implican un distanciamiento claro de la madre.
Si la mamá siente que no está lista psicológicamente para dar este paso será mejor que espere un tiempo prudencial siempre y cuando las circunstancias lo permitan hasta que pueda transmitirle a su hijo la confianza necesaria. Lo peor es dudar. Es preciso para el bien de todos estar convencidos de lo que hacemos.
Clave: El destete y la entrada en el jardín maternal o guardería son dos cambios vitales y no deben coincidir en el tiempo.
Por otra parte, conviene adoptar una serie de medidas preventivas para su salud, ya que el contacto con otros niños favorece la aparición de ciertas enfermedades típicas de la primera infancia. Su sistema inmunológico está aún débil y en cierto modo será inevitable que se agarre alguna infección. Los padres deben mentalizarse y prepararse para ello. A partir del año…
Si se acerca el nacimiento de un hermanito, es mejor llevar al niño al jardín de infantes antes de que este nazca, de lo contrario podría sentirse abandonado o desplazado y culpar de ello al nuevo miembro de la familia.
Es importante que asista regularmente, sea cual fuere el horario fijado, exceptuando las situaciones que se encuentre enfermo, ya que las faltas continuas dilatan el proceso de adaptación.
Y hay que entender que la educadora no puede nunca sustituir a la mamá, por tanto no tiene sentido entrar en rivalidades o competencias para ver cuál de las dos lo hace mejor. A veces los niños se comportan de forma distinta en el jardín (por ejemplo, comiendo más y mejor que en casa) por el mero hecho de que no están en familia. Se sienten uno más del grupo y no el único centro de atención.
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